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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

martes, 4 de febrero de 2014

Día 2: El Ayuno del Señor

El Ayuno del Señor

Por: Yiye Ávila




IMPORTANCIA DEL AYUNO


Estamos en los últimos días. El fin se acerca. Cristo vuelve pronto a la tierra. En breve un pueblo se va con el Señor para el cielo. Cada cristiano debe entender que no todos los que están en las iglesias se irán con el Señor sino solamente los que estén preparados. Cristianos llenos del Espíritu Santo, maduros espiritualmente, apartados del mundo y con fruto para Dios se irán al sonar la trompeta. Multitud de cristianos verdes se quedarán. Cada creyente tiene un reto gigante a enfrentar. ¿Estará usted maduro para el rapto? La opresión satánica es cada día mayor. El diablo trata por todos los medios de impedir que los creyentes estén preparados. Cada hermano tiene que dar la batalla. ¿Qué tiene que hacer?

Hace algunos años, cuando aún yo trabajaba en la escuela, se convirtió uno de mis estudiantes. Lo llevé conmigo a una predicación en un campo de Camuy y aquella noche Dios lo bautizó con el Espíritu Santo. Gloria a Dios. Apenas unos días más tarde vino a mi salón de clases y me dijo: “Dios me dio anoche una revelación y me presentó la Biblia abierta y el único versículo que podía leer era Joel 2:12”, yo abrí la Biblia en ese lugar y leí que decía: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”. Entiende que Joel capítulo 2 es un mensaje para los últimos días, y el llamamiento grande de Dios es a convertirse de todo corazón.
Es un llamado para estar preparados para el rapto. Un llamado para estar maduros espiritualmente y ser librados  de la gran tribulación y la palabra dice que es con ayuno y llanto y lamento que podremos alcanzar esta condición. En pocas palabras el llamado grande de Dios al pueblo que se quiere ir en el rapto es ayuno y oración. Responde hermano a este llamado y prepárate que el tiempo es corto.

Hace algún tiempo estaba yo sentado leyendo la Biblia. De pronto me quedé como en un letargo, me encontré delante de una congregación y les predicaba, ¿hay acaso FE en el pueblo de Dios? No hay ninguna, pues si hubiera fe estaríamos haciendo las obras que ordenó el Señor. Por eso el Espíritu Santo llama al pueblo a ayuno y oración. Vi entonces como la congregación se puso de pie y pasaron corriendo al altar a llorar delante de Dios. Pasó la visión, pero entendí una vez más lo grande del llamado de Dios a su pueblo. Gloria a Dios.

Ante este llamado decisivo de Dios, es importante que cada hermano entienda en forma clara y precisa todo lo concerniente al ayuno. La Biblia nos enseña y nos da todos los detalles que el pueblo de Dios debe conocer.

Lo primero que debemos entender es que el ayuno no es una cuestión de si usted lo desea o no, sino que es un precepto establecido por el Señor para su pueblo. Cristo lo ordenó y nosotros tenemos que hacerlo para alcanzar madurez espiritual. El evangelio según San Mateo 9:14 nos relata que los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús y le pregunta-ron porqué sus discípulos no ayunaban. Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas estar de luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Fíjate bien que mientras Jesús estuvo en persona con los discípulos ellos no ayunaron, pero Él les dijo que cuando El fuera quitado ayunarían. Ahí el maestro estableció que su pueblo tendría que ayunar. Joel 2:12 nos explica que para alcanzar una conversión de todo corazón, con plena madurez y fruto para Dios, el ayuno es una necesidad y ese es el llamado grande de Dios a su pueblo en estos días postreros. Cada hermano haga una decisión delante de Dios de ayunar con la mayor frecuencia y clame a Dios para que el Señor le dirija y le muestre cuál es el número máximo de días que debe ayunar y en qué forma debe hacerlo, para alcanzar la plena madurez espiritual que usted necesita para volar con Cristo cuando suene la trompeta. Gloria a Dios. Explicándoles a los discípulos de Juan por qué sus discípulos aún no ayunaban. Cristo les dijo: "Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestida viejo, porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor ¡a rotura . Cristo mostró que el ayuno era para la nueva criatura, para personas convertidas con convicción de crecer espiritualmente para servir en plenitud a Dios. Si usted se ha convertido y anhela dar el máximo de fruto para Dios, el ayuno es instrumento poderoso para su crecimiento. El ayuno no es para los inconversos, ni para gente camal que aún no se ha decidido plenamente por el Señor".

En estos días postreros el diablo trata por todos los medios de impedir que el pueblo ayune. Hablando para los últimos días Cristo dijo:

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Lucas 21:34.

El Señor previno que Satanás pondría glotonería en el pueblo y afán por lo camal y temporal. Esto haría muy difícil al pueblo ayunar, orar y consagrarse a Dios para estar preparados para escapar del juicio que viene. Un siervo de Dios tuvo una revelación y cuenta que el Señor le habló y le dijo: “Te voy a mostrar cuál es la idolatría de mi pueblo”. El hermano fue transportad i a una pradera enorme y allí el Señor le mostró la Iglesia. Millones estaban reunidos y el Señor le dijo: “Fíjate ahora en la idolatría de mi pueblo”. En ese instante la multitud se postró y parecía adorar. El hermano vio que frente a ellos había un plato, cuchara y tenedor.

La comida es la idolatría del pueblo del Señor. En días de rapto y cuando Dios llama a ayuno el diablo trata de poner apetito desmedido en los creyentes al igual que interés especial en los entretenimientos carnales. Por supuesto que el plan del diablo es impedir que tú ayunes y robarte el tiempo que necesitas para afirmarte en Cristo y madurar espiritualmente. Los creyentes debemos clamar a Dios constantemente por unción y fortaleza para el ayuno.

Así como la desobediencia de Adán y Eva, al comer el fruto prohibido fue la causa principal de que el hombre perdiese el dominio de la tierra, así también el ayuno de Cristo de cuarenta días y noches hizo posible la restauración del hombre. Vemos que Cristo usó la llave maestra del ayuno y la oración para restaurarlo todo.

Por causa de la comida Esaú perdió la primogenitura. Pudo haber sido el padre de la raza escogida, pero su mente estaba en las cosas terrenas y en el momento de la tentación, prefirió la comida a la bendición de Dios, y Jacob ocupó su lugar. Génesis 25:31-33. Más tarde buscó con lágrimas pero pudo recuperar la bendición perdida. La comida lo arruinó, pero el ayuno al contrario, disciplina el alma y abre la puerta al cielo.

Durante uno de los ayunos a que Dios me llamó, el Señor me mostró que el café negro les impide ayunar a multitud de cristianos. Dios me reveló que el espíritu que impulsa a multitudes al vicio del café negro es similar al del vicio de cigarrillo. La cafeína en el café es una droga que afecta los nervios. Además el café irrita el sistema digestivo y puede causar úlceras. El hábito que causa le hace muy difícil al creyente ayunar. El día del ayuno les da dolor de cabeza, y en muchas ocasiones tienen que entregar el ayuno fuera de tiempo. Vale la pena dejar algo que nos impida el crecimiento espiritual y más aún en días postreros y decisivos como estos. No olvides que Cristo dijo: “Ellos ayunarán”.

Aparte de nuestro crecimiento espiritual hay un propósito muy importante en el ayuno. La Palabra dice: “El ayuno que yo amo consiste en esto, soltar las ataduras injustas, desatar las ligaduras de la opresión, dejar libre al oprimido y romper todo yugo” Isaías 58:6.

Implica que mediante el ayuno se rompen las ataduras satánicas. Los pastores que ayunan con este propósito rompen las trabas del diablo en sus iglesias y Dios les da congregaciones más espirituales y más numerosas. Los evangelistas que ayunan en forma notable por las almas tienen más fruto en sus campañas. Muchos más se convierten y se sanan, por cuanto en el ayuno rompen las ataduras del diablo. Ese es el ayuno que Dios ama, pues trae salvación a los perdidos. Con ayuno adecuado se rompen las ligaduras del diablo que atan a tus seres queridos y estos vienen a Cristo y se salvan. Con el ayuno se obtienen grandes victorias que glorifican a Dios y llenan de gozo nuestros corazones. Algunos años atrás mi mamá cayó gravemente enferma. Se oraba por ella pero no parecía mejorar. Por el contrario empeoraba. Las vías respiratorias se habían congestionado de tal forma que apenas podía respirar. La infección le afectó la vista y salía pus por sus ojos. Los oídos también se le afectaron y quedó sorda completamente. Todos creían que le quedaban pocas horas de vida. El domingo por la mañana yo salía a llevar el programa CRISTO VIENE a Arecibo, pero al entrar al cuarto de mi mamá pude ver que estaba grave. Me dijo: "Creo que me voy. Siento que voy subiendo ya". Me arrodillé y clamé al Señor y le dije: "Si quieres llevártela puedes hacerlo, pero si no es tu voluntad dímelo". Al instante el Espíritu Santo vino sobre mí y me mostró que no era la voluntad de Dios, sino que era un ataque del diablo para cortarla. Esto era fácil de entender ya que mi mamá es una cristiana de oración que intercede cinco y seis horas diarias clamando por la obra de Dios y ayuna continuamente a favor de las almas. Al sentir que no era la voluntad de Dios que partiera, oré a Dios diciendo: “Proclamo ayuno ahora mismo y no como ni bebo, hasta que mi madre no se levante de esa cama”. En ese instante entré en una gran batalla para romper el yugo del diablo y usando una de las formas más poderosas que enseña la Escritura. ¡Qué batalla!

Comencé a gemir en ayuno reprendiendo al diablo y proclamando salud para mi mamá. En una forma increíble comenzaron a aparecer hermanos en mi hogar, y muchos de ellos al entrar al cuarto caían de rodillas gritando. Algunos vigilaban en el hogar clamando. Al cabo del tercer día de ayuno sin agua ni alimento, mi mamá se levantó de la cama y se sentó en un sillón. Yo entregué mi ayuno y ella se recuperó totalmente para la gloria de Dios. Por un ayuno de fe una sacerdotisa de Cristo sigue en acción enviando perfume hacia el cielo a favor de la obra de Dios. Fue una de las primeras veces que entré en el ayuno del Señor. No entendía lo que hacía pero en ese ayuno se salvó la vida de mi madre. Por algo el Señor me dijo: “Significa ayuno de victoria”. No entregué hasta que obtuve la victoria y en este caso en sólo tres días la viejecita prácticamente se levantó de entre los muertos.

El Evangelio de San Marcos 9:14-29, nos muestra que los discípulos no pudieron echar fuera un demonio de un niño epiléptico. Cristo apareció en la escena y el demonio fue reprendido por Jesús y el niño quedó sano. Los discípulos le preguntaron al Señor: ¿Por qué no pudimos nosotros expulsarlo? Les dijo: “Ese género no puede ser expulsado sino con oración y ayuno”. Está claro que hay demonios que de ninguna manera salen si no es con ayuno y oración. El ayuno y la oración nos dan la autoridad y poder para reprender demonios. Cristo dijo: “En mi nombre echaran fuera demonios” (Marcos 16:17). Es autoridad que el Señor dio a los creyentes, pero para que se manifieste plenamente hay que ayunar. Si algo necesitamos en estos días finales y decisivos es poder contra el diablo para así liberar a los oprimidos. En una ocasión fui con un hermano pastor a visitar un hogar en un campo de Camuy. Había un joven poseído de demonios. Estaba todo barbudo y hablaba disparates sin cesar. Le oramos y se quedó igual. El pastor insistió en que siguiéramos orando pero, yo sentí, que perderíamos el tiempo y le pedí que nos marcháramos. En el camino le dije: “Sentí que sólo con ayuno y oración pude ser liberado”. Comencé a ayunar al otro día, e hice cinco días de ayuno corridos entregando a las seis de la tarde. No es que un día de ayuno se tenga que entregar obligada y dogmáticamente a las seis de la tarde, pero en esa ocasión sentí hacerlo así. Después de esos cinco días de ayuno clamando por la liberación del joven les envíe razón de que lo trajeran al culto de los lunes en Camuy. Lo trajeron y volví a orar. Aparentemente se quedó igual, pero sentí decirles: “Llévenlo que ya está bien”. Se lo llevaron y al otro día amaneció perfectamente bien. Volvió el otro lunes a Camuy y dio testimonio y dijo: “Gracias a Dios y al hermano que ayunó por mí estoy libre”. La gloria es de Dios y se cumple su palabra que algunos demonios no salen si no es con ayuno y oración. Pastores y evangelistas que deseen tener unción especial para echar fuera demonios, oren y ayunen con frecuencia clamando por el poder de Dios para reprenderlos y liberar los oprimidos. El ayuno del Señor es la forma más efectiva para recibir unción especial contra el diablo.

El Evangelio de San Mateo 17:21 nos habla de la misma escena del niño epiléptico, pero nos añade un detalle adicional muy importante. Al preguntarle al maestro por qué no habían podido echar fuera el demonio, Él dijo: “Por vuestra falta de fe y añadió, pues esos nos salen sino con oración y ayuno". Mostró Jesús que para tener FE había que ayunar y orar. Por algo Él dijo: que cuando el esposo les fuera quitado entonces ayunarían. Algunos creyentes no ofrecen un día de oración y ayuno ni una vez al mes. Con razón hay tan poca FE hoy día en el pueblo de Dios. No olvides que la Biblia dice: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios". La Biblia dice también que la fe viene por oír la palabra de Dios. Romanos 10:17. Cada creyente, debe sacar con la mayor frecuencia posible, un día entero para estar en ayuno y oración leyendo la Biblia. En esa forma tendremos fe para vencer en esta carrera de vida o muerte y fe para volar en el rapto de la iglesia. El problema de muchos cristianos es que no tienen tiempo para lo espiritual. Tienen tiempo para la televisión, el deporte, el estudio, el trabajo y para otras actividades temporales, pero no tienen tiempo para el ayuno, la oración y la palabra de Dios que nos imparte Fe para la Victoria eterna.

Mantén tu ayuno lo más privado posible (Mateo 6:1618). Ora lo más que puedas en los días de ayuno. No pierdas el tiempo caminando o hablando, ora y lee la palabra para que recibas el máximo del beneficio. No ostentes nada, ni ayunes para que te vean o te elogien. El propósito es para alcanzar bendición espiritual, romper los yugos del diablo y ganar almas para Dios.
 
El libro de Daniel 9:2-3 dice que el profeta Daniel en ayuno oraba e intercedía por Israel clamando a Dios por misericordia. Te muestra eso que para interceder por otros, sean los familiares o los vecinos perdidos, la oración en ayuno es un instrumento poderoso. Muestra la Biblia que después de la oración y el ayuno de Daniel, un ángel del cielo se le presentó y le habló y le reveló eventos proféticos a ocurrir. Por medio de la oración tuvo experiencias especiales con Dios. Dios me llamó a ayunar siete días. Entré en el ayuno. No sabía que estaba en el ayuno del Señor. Él había revelado el número de días y su fortaleza estaba sobre mí. La mayor parte del tiempo estaba sólo con el Señor, orando y estudiando la palabra. En una de las noches Dios me dio una revelación gloriosa sobre el Rapto. Me encontré predicando el mensaje y el Espíritu Santo hablaba por mi boca y decía: “¿Con qué compararemos al Rapto de la iglesia? Es semejante a un agricultor que tiene una finca y está a punto de recoger la cosecha, pero encuentra que algunos frutos han madurado primero y dice: He de recogerlos porque podrían caerse y podrían perderse”. Ese es el Rapto. Frutos maduros del pueblo de Dios serán sacados de esta tierra y librados de la gran tribulación. (1 de Tesalonicenses 4:16). Hermano, ora y ayuna para que estés maduro para ese movimiento que se aproxima. Haz lo que dice la Biblia: Convertíos a mí de todo vuestro corazón con ayuno y llanto y lamento (Joel 2:12).

El salmo 35:11-13 nos dice que cuando se levantaron testigos de iniquidad contra David, el varón de Dios entró en ayuno y clamaba por ellos, pues Dios los enfermó. Observa que en pruebas y tribulaciones el ayuno es un instrumento poderoso de victoria. En una ocasión mi hija Doris fue atacada por la terrible enfermedad “baile del San Vito” conforme a los médicos es un virus que ataca los nervios. En pocos días la niña estaba casi paralítica. Se le caía todo lo que cogía. Los pies se le cruzaban al caminar. Se le salía la comida de la boca. No coordinaba ningún movimiento. Días más tarde hubo que acostarla. Miraba como una lunática y se puso muy delgada. Su condición era muy triste. Entré en ayuno sin entregar clamando por ella y reclamando las promesas del Señor. Le ponía la mano encima, reprendía y los demonios salían. Algunos me entraban a mí y los sentía como agujas calientes entrar por mi cabeza y tenía que reprenderlos de mí mismo. Seguí en ayuno y oración sin entregar, por varios días más, reclamando la victoria. Cristo llevó nuestras enfermedades y dolencias (Mateo 8:17). Sabía que Dios no podía fallar y reprendía los demonios en el nombre de Jesús. Una noche Dios me habló y me dijo: “Mañana come sola”. Parecía imposible. La niña no sostenía ni un papel en las manos. Me levanté muy temprano y oré dándole gracias a Dios por el milagro. Luego al amanecer le servimos cereal y nos gozamos en el hogar al ver cómo sostuvo con mano muy firme la cuchara y comió el alimento. Dios nos había dado una gran victoria. No se usaron medicinas ni se llevó al médico. Sólo la FE en su palabra y oración y ayuno para reprender los demonios. Dios se glorificó y nosotros crecimos espiritualmente. En casos de pruebas, tribulaciones o enfermedades malignas el ayuno y la oración son base fuerte para poner al diablo bajo nuestros pies, y glorificar y honrar a Dios, como El merece.

La Biblia nos habla de la trágica ocasión en que el rey David, siervo de Jehová, cayó en adulterio. En 2 de Samuel 11, nos dice que Israel estaba en guerra con los amonitas. David envió su gente de guerra, pero él se quedó en Jerusalén. Mientras sus hombres peleaban la batalla David descansaba en el palacio. Un día paseaba por el terrado y vio una mujer hermosa, y le dijeron es Betsabé, mujer de Urías. A pesar de ser mujer ajena la tomó y adulteró con ella. La mujer quedó encinta y entonces David envió mensaje para que trajeran a Urías a su casa. Él dijo que no podía dormir en su casa con su mujer mientras todo Israel dormía en tiendas en el campo de batalla. David lo envió de nuevo al frente de combate y escribió carta dando instrucciones de que colocaran a Urías al frente en lo más recio de la batalla y que se retirarán de él para que muriera. Urías murió en el combate y David se trajo su mujer, quien dio a luz un hijo. Esto fue desagradable ante los ojos de Jehová y Dios envió al profeta Natán con el mensaje de juicio para Israel. El niño nacido del adulterio enfermó gravemente. David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y pasó la noche acostado en tierra, (vigilia). Siete días estuvo en el ayuno clamando pero al séptimo día murió el niño. Al oír que el niño había muerto David se levantó y terminó el ayuno.

El que lea entienda que en un problema serio David usó el arma más poderosa que él conocía, el ayuno y la oración y entró en el ayuno del Señor por cuanto no entregó hasta que Dios le sanara el niño, pero por cuanto no era la voluntad de Dios sanarlo, el Señor se lo llevó. Al morir el niño, David entregó el ayuno y se alimentó. Siete días duró el ayuno y en ese tiempo el rey no hizo otra cosa sino llorar tirado en el suelo delante de Dios hasta que Dios hizo su voluntad con el problema. Era el ayuno del Señor, pues David no entregó hasta que Dios no contestó. Hay algo muy importante que debemos notar en toda esta enseñanza. Israel combatía al enemigo, pero David se quedó descansando en el palacio y cayó en adulterio. Si hubiese estado en la batalla no hubiese cometido tan grande pecado.

Hoy es igual. El pueblo de Dios está en batalla final y decisiva contra el diablo. No hay tiempo para vacaciones, ni para entretenimientos carnales de ninguna clase. No es tiempo de las iglesias estar en picnic, ni en actividades sociales, no es tiempo para los siervos de Dios estar estudiando. Es tiempo de batalla. Libramos la última gran batalla. Vistámonos con toda la armadura de Dios. No olvidemos que las armas nuestras, no son carnales, sino poderosas en Dios, u Corintios 10:4). Usemos las armas de la fe y el poder contra el diablo, el ayuno y la oración. Saquemos tiempo frecuente para apartamos con Dios en ayuno y oración y lectura de la Palabra. Clama a Dios para que te guíe al máximo de oración y ayuno que es su voluntad para tu vida. No cojas vacaciones espirituales porque estamos en los últimos tiempos. Esfuérzate y sé valiente y conquista la victoria. Que al sonar la trompeta vueles con Cristo para el cielo.

En 2 Corintios 12:9 la Biblia dice que el Señor le habló al apóstol Pablo y le dijo: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. En el ayuno, nos debilitamos en lo físico. La carne se debilita, pero lo espiritual se agiganta y el poder de Dios se puede manifestar sobre nosotros. Cuando somos débiles entonces somos fuertes. En el ayuno el cuerpo se limpia de impurezas y se torna más receptivo a lo espiritual. Todos los hombres de Dios más usados en su obra fueron siervos que oraron y ayunaron y buscaron fervientemente el rostro de Dios. El Señor no ha cambiado y su método es el mismo. ¿Quieres poder de Dios? Ora y ayuna y serás lleno de su Espíritu.

El profeta Daniel 9:2 nos dice, que el siervo de Dios estudiaba la Palabra en ayuno. Días de ayuno para interceder y estudiar la Palabra son de grande bendición para la obra de Dios. Pastores y evangelistas deben sacar días completos para apartarse con Dios en ayuno, a interceder por el pueblo y a estudiar la Palabra de Dios. Muchas almas se salvarían y traerían mensajes ungidos que tanto necesita hoy en día el pueblo cristiano y los pecadores. En muchas ocasiones Dios me ha llamado a encerrarme con Él para estudiar la Biblia. En esos días de ayuno Él me ha dado algunos de los mensajes bíblicos que han estado llevando bendición al pueblo de Dios y trayendo miles de almas a los pies de Cristo. En algunos de esos días encerrado en ayuno, el Espíritu Santo venía sobre mí y explicaba en detalle pasajes bíblicos que yo no entendía. Estudia hermano la Biblia en ayuno y oración para que testifiques con autoridad a los perdidos y ganes almas para el Señor.

En el ayuno servimos a Dios. Lucas 2:37 dice que Ana, la profetiza era una viuda como de ochenta años que vivía en el templo y servía a Dios en sus ayunos y oraciones de día y de noche. Dios la honró pues cuando el niño Jesús fue traído al templo por José y María, el Espíritu lo reveló a Ana y ella llena de gozo dio testimonio al pueblo del Redentor.

Es importante observar que Ana tenía ochenta años de edad y sin embargo ayunaba continuamente. Mi mamá tiene sesenta y siete años de edad en la actualidad (tiempo en que escribo este libro) y recientemente entró en el ayuno del Señor y Dios la guió a los catorce días sin entregar. Moisés ayunó cuarenta días y cuarenta noches y tenía ya más de ochenta años de edad. La Biblia dice que en la vejez daríamos frutos aún, llenos de savia y vigor. No importa la edad, el ayuno es una necesidad para el creyente y una gran bendición para la salud.

Así como los ancianos pueden ayunar, también es posible el ayuno a temprana edad. El pequeño David Waker tenía cinco años de edad y estaba a punto de quedar ciego. Entró en ayuno tres días sin entregar. Se fue a orar a un bosque junto a otros niños. Al tercer día del ayuno oraba intensamente. Dios derramó su poder y lo bautizó con el Espíritu Santo. Fue sanado instantáneamente y regresó a la casa gritando de alegría. A los nueve años de edad Dios lo llamó a predicar. Su padre aún antes de él nacer había hecho catorce días de ayuno sin entregar clamando por las almas perdidas. Dios salvó almas, pero también le dio un hijo predicador usado poderosamente en los Estados Unidos.

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